La próxima disrupción de la interfaz hombre-máquina es una incógnita. Si en 1950 querías comunicarte con un ordenador, usabas una tarjeta perforada. A principios de los 60 los ingenieros que trabajaban en este ámbito se dieron cuenta de que esa forma de interacción era una pesadilla. Y acabaron descubriendo que era mucho «hablarle» a las máquinas a través de un teclado y de un monitor en el que se mostraba esa interacción.
Así nacía la interfaz de línea de comandos (CLI) que acabaría siendo fundamental en los sistemas Unix. Y posteriormente en la introducción de la informática personal y los microordenadores. Entonces llegó el Xerox PARC, de donde salió un nuevo concepto llamado interfaz gráfia de usuario (GUI). Los responsables de Xerox no sabían lo que tenían delante y dejaron pasar la oportunidad. Steve Jobs, no, refiere el sitio especializado Xataka.
Revolución tecnológica
El cofundador de Apple vio que aquello era el futuro y lo demostró con el Macintosh de 1984. Microsoft acabó apuntándose a la tendencia. Durante más de dos décadas creímos que ya estaba todo inventado y que no había mejor forma de interactuar con una máquina que con un ratón y un teclado.
Sin embargo, en 2007 Steve Jobs demostró al mundo que las cosas podían mejorar más. Nacía el iPhone y su pantalla multitáctil. Ya no necesitábamos ratón y teclado para manejar ese ordenador de bolsillo. Bastaban nuestros dedos. Aquel prodigio vivió su propia revolución y nos llevó a donde estamos hoy.
Y de nuevo creemos que ya está todo inventado y que no hay mejor forma de interactuar con una máquina.
Buscando sustitutos
Al smartphone llevan buscándole sustituto desde hace años. Lo intentó el reloj inteligente y lo intentaron las gafas de realidad virtual. Pero ni una ni otra han pasado de ser más que meras extensiones del smartphone o del PC, respectivamente.
Pero en 2023 vislumbramos algunas ideas que apuntan a una nueva (y potencial) disrupción. Hay nuevas tendencias en las formas en las que nos comunicamos con las máquinas; y quizás alguna de ellas acabe logrando eso que parece difícil: que esa interfaz hombre-máquina (HCI, por sus siglas en inglés) sea aún mejor. ¿Cuáles son?
Voz
Los asistentes de voz como el asistente de Google o Siri trataron de convertirse en la nueva forma de interactuar con la tecnología. A pesar de ser parte integral de nuestros móviles y ser también impulsores de la IoT y los dispositivos conectados, su alcance es limitado.
Algunos citan el problema del contexto como razón: la conversación humana está llena de matices; y trasladarlos a un sistema HCI es, por el momento, inútil. Así que hablamos con órdenes claras, casi teniendo que aprender el idioma de la máquina para que nos entienda.
Realidad aumentada
Las Google Glass pudieron ser pero no fueron. Desde entonces hemos visto varios intentos por convertir la realidad aumentada en la próxima gran revolución de la tecnología, sin éxito. Magic Leap prometió demasiado, y desde hace un tiempo es Apple la que parece tener claro que ese es el camino. Sus Apple Vision Pro son una de las la gran esperanza en este sector, y lo son en gran parte no por lo que hacen, sino por cómo lo hacen.
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La próxima disrupción de la interfaz hombre-máquina es una incógnita
Foto: Cortesía
Fuente: Xataka