Láminas de zinc para proteger edificaciones expuestas a condiciones climáticas adversas. Material liviano por excelencia. El zinc es un metal no ferroso que entrega una solución efectiva para revestir edificios expuestos a condiciones climáticas adversas. Entrega a su vez respuestas creativas a los requerimientos del mandante y los usuarios del proyecto.
Al entrar en contacto con la humedad, los paneles de zinc generan una capa que le permite autoprotegerse. Aíslan el calor de los espacios interiores durante el verano. Y responden correctamente a la lluvia y a la nieve durante el invierno. Sus paneles modulares pueden ‘envolver’ formas curvas o perforarse según el diseño arquitectónico. Y combinarse en fachadas y/o techos a través de distintos tonos, brillos y colores.
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Su refinamiento requiere de menos energía
Utilizado por siglos, el zinc es uno de los metales más abundantes en la Tierra. Sólo es superado por otros 23 elementos químicos.
Su extracción es relativamente fácil –evitando la minería a tajo abierto y el deterioro de la tierra– y su refinamiento (fundición y procesamiento) requiere de menos energía que otros metales como el aluminio (75% menos), el cobre o el acero (50% menos).
Responde a su entorno y se protege con el paso del tiempo
Debido a su composición, el zinc es un material que responde a su entorno y que cambia con el tiempo. Su pátina exterior surge naturalmente al entrar en contacto con el agua y la sal del ambiente. Además de entregar una apariencia rústica y con carácter tiene un efecto auto protector que lo aísla y le permite resistir la corrosión.
En el proyecto ‘The House on the Cliff’, diseñado por GilBartolome Architects, la cubierta de la casa está formada por ‘escamas’ de zinc. Estas fueron fabricadas artesanalmente a partir de la materia prima. Al estar expuesta directamente a la humedad del océano, sus piezas cambian naturalmente sus tonos.
Pueden adaptarse a formas complejas y ser perforados de forma precisa
Sus piezas son lo suficiente flexibles para adaptarse a curvas y formas geométricas complejas. Además son perforables y personalizables según cada diseño arquitectónico.
Las perforaciones son realizadas mediante máquinas CNC. Entregando resultados exactos y milimétricos. Además, el zinc es conocido por su maleabilidad, permitiendo su curvado gradual sin necesidad de herramientas o maquinarias extras.
En el proyecto ‘Legacy ER Allen’, de los arquitectos de 5G Studio Collaborative, la cubierta metálica está diseñada cuidadosamente para funcionar como aleros en puntos específicos del edificio. Sus paneles perforados control el paso del sol y mejoran el confort de sus espacios interiores.
Paneles estriados aumentan su rigidez y evitan deformaciones
Además de las populares láminas onduladas o acanaladas –tradicionalmente utilizadas en techumbres–, existen opciones modulares con «estrías» poco profundas. Ellas entregan una mayor rigidez al total de la fachada. Y permiten especificar paneles más largos y delgados. En consecuencia, reducen los costos generales del proyecto.
Esta rigidez evita el surgimiento de deformaciones en el material, más conocidas como Oil-Canning, típicas de las láminas metálicas planas. Sus estrías leves generan distintas apariencias según el ángulo de visión, cambiando con el pasar de las horas del día y las condiciones climáticas.
Dimensiones de paneles modulares permiten evitar desperdicios
La envolvente es definida una vez finalizado el diseño de la estructura del edificio. Los paneles modulares disponibles ayudan a cubrir sus dimensiones exactamente, evitando desperdicios innecesarios y terminaciones de mala calidad.
También es posible que las dimensiones de los paneles escogidos sean el punto de partida para el diseño de las fachadas o techumbres, y/o mezclar paneles de distintas dimensiones y apariencias para lograr efectos especiales.
En el proyecto ‘The Alchemist’, diseñado por Reid Architects, la cubierta y la fachada se unen en un solo elemento que cubre y protege un icónico bar y restaurante ubicado frente al famoso Lowry Center, en Media City, Salford, UK. Este manto dorado se compone de casi 2.000 m2 de paneles ElZinc Rainbow Gold.
Durabilidad de hasta 100 años
El número puede variar según las condiciones específicas de cada proyecto. Pero habitualmente el zinc puede durar más de 100 años en techumbres y fachadas. Y aún más en aplicaciones interiores.
Todos los elementos fabricado de zinc pueden ser reciclados ilimitadamente y en su totalidad, manteniendo su composición y cualidades específicas.
En el proyecto ‘Stade De Soccer de Montréal’, diseñado por Saucier + Perrotte architectes + Hughes Condon Marler Architects, la envolvente se convierte en la imagen total del edificio, incorporándose a su entorno al recordar la naturaleza geológica del sitio.
El manto metálico se pliega sobre el largo del edificio y se extiende hasta el campo de fútbol, enmarcándolo y entregando asientos para sus espectadores.
Láminas de zinc para proteger edificaciones expuestas a condiciones climáticas adversas
Fuente: Plataforma Arquitectura – Chile