Particularmente el recorte es radical en Latinoamérica, donde los expertos creen que las instalaciones de producción de hidrógeno verde; que hace un año creían que representarían al menos 6 gigavatios en 2030.
La producción, transporte y procesamiento de petróleo y gas causa 15% de las emisiones de efecto invernadero relacionadas de la energía; «una cantidad enorme» que equivale a todas las generadas en Estados Unidos.
La previsión de la AIE es que la demanda de gas, petróleo y carbón alcance un pico en esta década. En el escenario que parte de las políticas actuales, la contribución de los combustibles fósiles en el abastecimiento global de energía, disminuirá al 73% de ahora a 2030.
El metano es mucho menos abundante en la atmósfera que el dióxido de carbono. Pero es responsable de alrededor del 30% del aumento global de las temperaturas hasta la fecha. De hecho, permanece en la atmósfera solo alrededor de una década, pero absorbe energía mucho más rápidamente que el dióxido de carbono.
«Descartar los combustibles fósiles, o sugerir que están al principio de su fin, es una narrativa extremadamente arriesgada»; añade la OPEP, organización con sede en Viena fundada el 14 de septiembre de 1960 en Bagdad.
“Se pronostica que la extracción petrolera mundial este año alcance un nivel récord de 101,3 millones de barriles diarios. Y el próximo año, 102,3 millones de barriles diarios”, indica el comunicado. Cabe recordar que en su previsión anterior la AIE esperaba extraer al nivel de 101,1 mbd en 2023.
El documento sostiene que el mundo no está en vías de alcanzar el objetivo de desarrollo sostenible adoptado por los países miembros de la ONU en 2015 para garantizar una energía limpia y asequible para 2030.
Según Reuters, la producción de crudo se incrementará 5,1%, hasta los 12,53 millones de barriles diarios (bpd) en 2023. Y 1,3% el año siguiente, hasta los 12,69 millones de bpd; dijo la EIA en su informe Perspectivas Energéticas a Corto Plazo.
En 2022, las emisiones planetarias de CO2 procedentes de energías fósiles aumentaron 0,9%; alcanzando un récord de 36.800 millones de toneladas, indica el reporte de la AIE.
China, que según la AIE fue el único país que experimentó un crecimiento económico tanto en 2020 como en 2021; fue el mayor impulsor del aumento de las emisiones.
«Solo en 2021, las emisiones de CO2 de China superaron los 11.900 millones de toneladas, lo que supone 33% del total mundial», dijo la AIE.
La subida de los precios del gas en Europa y Estados Unidos también contribuyó al aumento de las emisiones mundiales; ya que a los generadores de electricidad les resulta más rentable quemar carbón, que emite el doble de dióxido de carbono que las centrales de gas.
