El impacto devastador del calentamiento global, de las inundaciones, los incendios, así como de la urbanización, se perciben en estas imágenes captadas desde el espacio.
El área cubierta de hielo del océano Ártico aumenta durante el invierno y se repliega durante el verano, generalmente alcanzando el punto más bajo del año en septiembre. El volumen de hielo alcanzó su mínimo histórico en 2012, desde al menos 1979, cuando comenzaron las primeras mediciones fiables por satélite, según la NASA. El mínimo de 2016 fue el segundo más bajo registrado. "Al ritmo que estamos observando de esta disminución, es muy probable que el hielo marino estival del Ártico desaparezca por completo en este siglo", opina Joey Comiso, científico de la NASA.