En la parroquia Carlos Soublette, por ejemplo, el agua llega una o dos veces por semana, pero no por tuberías sino por camiones cisternas. Sus habitantes deben pagar entre 20 y 30 dólares a los cisterneros privados cuando los de los entes gubernamentales fallan.
Cada quince días, Hidrocaribe detiene las plantas José Antonio Anzoátegui y El Rincón, alegando una situación de turbidez del agua o trabajos de mantenimiento. A esto se le suma la baja presión en las tuberías, lo cual genera una distribución desigual del agua.
Ante el dramático deterioro de los servicios públicos, Casanova aseguró que en un año, estos podrían recuperarse con una inversión considerable, viable y financiable.
“Hagamos una auditoría conjunta entre el CIV y el gobierno. Que ellos pongan sus técnicos y nosotros ponemos nuestros equipos profesionales para determinar dónde están esas supuestas 4 millones 200 mil viviendas”, dijo Richard Casanova.
Casanova lleva semanas denunciando el profundo deterioro de la vialidad en el estado Anzoátegui. Y aun cuando afirmó que “está bien que se repare ese tramo; no es con demagogia, anuncios efectistas o pañitos de agua tibia, como se resolverá una situación tan grave”.
El pasado 22 de septiembre, en Aragua de Barcelona colapsó la vía rural que conduce a varias fincas y a las poblaciones El Jobal, Agua Santa, Merecure, Las Palmas y El Carito, quedando todas incomunicadas.
Recordó el diputado regional que en varias ocasiones Bergantín ha estado completamente incomunicada. De hecho, dijo, la carretera tiene un tramo de seis kilómetros al que solo le queda un borde; y cualquier incidente menor obstruye el paso. Por tal razón, insistió en que se apruebe un plan de rehabilitación y asfaltado urgente de esta vía.
Casanova advirtió que la perforación indiscriminada de pozos y su sobreexplotación puede traer consecuencias; tanto para la vegetación del entorno como para la fauna. “Lo más grave es que el agua extraída de pozos no es necesariamente apta para el consumo humano; pudiendo estar contaminada con excesos minerales e incluso heces fecales como consecuencia de filtraciones o errores en perforación”.
Esto generó un gran impacto en el servicio eléctrico en sectores tales como Los Boyacá y Barrio Sucre, que estuvieron sin luz durante tres días; y aún se mantiene de forma intermitente en zonas como el casco central, el Parcelamiento Puente Ayala y alrededores de la zona sur barcelonesa.
«Es una inmoralidad hacer una Feria mientras la inmensa mayoría de la población sufre inmensas penurias. En este estado tenemos 70% de pobreza y además pasamos días sin agua. Hay serios problemas eléctricos y hasta conseguir una bombona de gas es una calamidad».
