“El mercado llegó a estar muy lleno de mercancía al final del año pasado por muchas importaciones. Entonces hay más oferta que demanda. Y la gente está usando su salario para las cosas esenciales”, dijo; reconociendo que las ofertas “son síntoma de lo difícil que está la venta”.
El aumento sostenido de la inflación desde agosto del año pasado, así como la devaluación permanente de la moneda oficial frente al dólar; ha impactado de manera importante en el poder adquisitivo del venezolano.
Hay un moroso de toda la vida que no se interesa por la comunidad, y en ese caso «tenemos la vía jurídica, la vía legal». Pero la familia, el jubilado que quiere pagar y no puede, también es una realidad. Y en esos casos «se desarrolla la empatía, la capacidad de la comunidad».
Polesel explicó que la disminución en las ventas no responde solo al poco poder adquisitivo del consumidor; sino también a que la inexistencia del crédito bancario sigue afectando al comerciante.
Los venezolanos priorizaron la elaboración de hallacas para la cena navideña y de fin de año antes que comprar ropa.
Ni siquiera en la socialista Corporación Venezuela Productiva ubicada en la avenida Urdaneta en Caracas; tienda que fue reinaugurada hace poco por el ministro de Industrias y Producción Nacional, Hipólito Abreu. El establecimiento vende artículos como electrodomésticos a precios competitivos. Y desde su reapertura, registra gran afluencia de público.
Fernández admitió que la recuperación de la economía venezolana se mantiene. Y aun cuando es muy prematuro hacer estimaciones, cree que hubo un crecimiento de por lo menos 5% en el primer trimestre del año.
