Oso polar: la especie que lucha contra el cambio climático

Oso polar: la especie que lucha contra el cambio climático. El oso polar es una de los mamíferos más imponentes. Pese a ello, enfrenta a un enemigo que alterando su naturaleza: el cambio climático.

De acuerdo con The National Wildlife Federation, el oso polar (Ursus maritimus) es el mamífero carnívoro terrestre más grande que existe. Estos animales miden entre 1.8 y 2.7 metros. Y respecto al peso, se sabe que la especie va de los 360 a los 590 kilogramos.

Según el sitio NatGeo en Español, el oso polar es también conocido como oso blanco, aunque su piel es negra. Por debajo de ésta se halla una gruesa capa de grasa que sirve como aislante para atrapar el calor; factor clave en la supervivencia durante el gélido invierno ártico.

Una especia a cuidar

Para poder nadar y desplazarse, el oso polar cuenta con extremidades fuertes y resistentes. Las almohadillas de las patas tienen una superficie que evita el deslizamiento.

Además, su composición física permite que el peso se distribuya, logrando así que se reduzcan las posibilidades de romper el hielo.

Polar Bears International, una organización enfocada en conservar al oso polar, informa que la especie se encuentra arraigada al Ártico. Ahí, el mamífero encuentra su distribución en áreas de Estados Unidos (Alaska), Canadá, Rusia, Groenlandia y Noruega (Svalbard).

Un rey solitario

Pero este gran mamífero del Ártico es un hábil nadador que recorre largas distancias en solitario para encontrar alimento. De hecho, es el principal depredador de su hábitat, alimentándose de focas que le proveen grandes cantidades de grasa requeridas para subsistir.

Durante tres o cuatro meses, o incluso más, para el oso polar es difícil encontrar presas. Con el propósito de sobreponerse a las temporadas de escasez, de abril a mediados de julio, este animal acumula más grasa de lo usual.

Sobre esto, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés); señala que entre las consecuencias del cambio climático está la prolongación de esos tiempos duros para la caza.

Madres protectoras

Con respecto al apareamiento, Britannica apunta que éste ocurre en la primavera. La gestación va de 195 a 265 días y lo más frecuente es que se den a luz solamente dos crías.

No obstante, hay una variabilidad que, en casos más cuantiosos, llega a verse representada hasta con cuatro individuos.

A pesar de que el oso polar pasa la mayor parte de su vida sin convivir con otros miembros de su especie, antes de la madurez sexual la situación es completamente otra.

A lo largo de los primeros años, las crías son bastante apegadas a la madre, quienes adoptan un comportamiento defensivo; especialmente ante los machos que figuran como un peligro para la vida de los ejemplares más jóvenes.

Estado de conservación del oso polar

Tristemente, el oso polar lleva años protagonizando algunas de las imágenes más impactantes del cambio climático. La Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) ubica a esta especie como vulnerable.

Sobre lo anterior, la pérdida del hábitat, generada por el problema referido, está reduciendo drásticamente las poblaciones del oso polar. Los tiempos sin alimento se extienden hasta provocar inanición y, consecuentemente, la muerte.

Así, WWF explica que por estas razones muchos osos polares se desplazan a regiones habitadas por seres humanos, incrementando la caza no sostenible.

Frente a la problemática que enfrenta el oso polar, el Fondo Mundial para la Naturaleza lleva sus esfuerzos hacia el monitoreo de las poblaciones; hacia la reducción de los impactos generados por la industria; y hacia la protección de los espacios óptimos para el desarrollo del mamífero.

Oso polar: la especie que lucha contra el cambio climático

Foto: Cortesía

Fuente: NatGeo en Español